Público.es
20 may 2014
O Izquierda
Plural si prefieren llamarlo así.
Porque es el
menos imperfecto, el menos corrupto y el más audaz y novedoso en sus
propuestas. A pesar de su, en mi opinión, decisión equivocada en Extremadura.
El que más luchará por los débiles y contra las injusticias y desigualdades. Yo
no soy comunista, pero me aflige que unos tengan, tengamos, tanto y otros no
tengan nada. Creo que este partido es el que más y mejor luchará contra esto en
Europa y en España. Porque supone una aspiración razonable dentro de lo
posible. Sin querer destruir ningún edificio, pero remodelando estructuras. El
que más atenderá y consultará los deseos de los ciudadanos. Paradójicamente el
menos dogmático, aunque muchos de sus seguidores lo sean. El más transparente,
y por ello el más odiado. El que no permitirá que 50.000 familias pierdan sus hogares
cada año, y que dos millones de niños españoles vivan en la pobreza. Un partido
con peso específico consolidado, que no es una aventura ocasional o
irresponsable. El más laico. El menos connivente con los intereses
capitalistas. El que se enfrentará a Europa para suprimir o al menos atenuar el
artículo 135 que nos hipoteca a perpetuidad. El que defiende mejor lo público.
El que tiene menos casos en los tribunales. El que más ha tratado de
identificarse con los jóvenes rebeldes indignados. El que discute la legalidad
imperante y quiere cambiarla.
Lo ideal
sería votar a un partido que estuviera entre el ala izquierda del PSOE y el ala
derecha de IU. Pero ese partido no existe, y la elección no ofrece duda, varado
como está el PSOE en sus contradicciones. El que defiende a España de una
manera racional, permitiendo que los ciudadanos decidan su derecho a decidir,
pero abogando por su unidad. El partido de los menos poderosos. El que quiere
que los españoles sentencien si desean monarquía o república. El que no tiene
miedo a los cambios constitucionales. El de integrantes menos enriquecidos, aun
con alguna oveja negra en las Cajas. El que tenemos la certeza que denunciará
los Acuerdos, actualmente inadmisibles, con la Santa Sede. El que se lo pensará
dos veces antes de entrar en una guerra que decrete la OTAN. El inevitable
árbitro de la España próxima. El menos disgregador, el más conciliador. El más
digno. El que pretenderá parar la ola de derecha dura y extrema sobrevenida en
Europa. El más humano con el drama de la inmigración. El que puede hacer que
veamos a España desde una perspectiva distinta. El que no tiene trepas ni
líderes carismáticos, ni falta que le hacen. El menos hipócrita En el que y con
el que todos los españoles seremos menos desiguales. El menos hortera, el menos
ambiguo y huidizo. El que aún podemos confiar en su palabra a prueba. El que
atenderá razones. La mosca cojonera en Europa. El que, estoy seguro, creo,
quiero pensar, que si no lo hacen bien dimitirán y se marcharán sin que nadie se
lo exija. IU, la nueva resonancia magnética de España. Una posibilidad, una
esperanza, un deseo.
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